El lugar está más que claro, ese terreno que mis abuelos trabajaban y que por el paso del tiempo cae en desuso.
Una vez que llegamos al campo, lo primero es elegir el lugar donde vamos a colocar nuestra huerta. En este caso, como no tenemos ni idea y el terreno es prácticamente igual en todas las partes: misma orientación, misma distancia a la acequia y mismo resguardo frente al viento, hemos optado por la decisión más inteligente, buscar el lugar donde menos tenemos que limpiar de hierba, arbustos y ramas.
La foto siguiente foto os muestra el terreno como estaba antes de trabajarlo.
Más o menos y aunque todo el mundo nos ha dicho que es1 demasiado para dos personas, vamos a intentar trabajar unos 90 m2 de extensión.
Ahora toca la preparación de la tierra: quitar ramas, hierbas, igualar el terreno y sobre todo mover la tierra y abonar. Para esto, hemos utilizado alrededor de 10 sacos de estiércol, una motoazada para romper la tierra y unas cuantas horas de trabajo.
Lo siguiente que vamos a hacer es comprar un libro que nos ha recomendado nuestro amigo Aparicio (experto en horticultura), para saber como seguir adelante.